Realizado del 1 al 12 de Diciembre de 2007.
Escrito por Judith Carrillo i Mitjana.
La llegada del grupo español fue todo un acontecimiento, llegamos tarde, tuvimos problemas con los visados, problemas con los aviones... pero llegamos, la tensión estaba presente, y aunque cansados y con ganas de ir a la cama, ¡nos encontramos con la fiesta de acogida!! Todos los grupos reunidos y bailando música en distintos idiomas, ¡como si se conocieran de toda la vida! Esto fue una muy buena introducción para conocer a la gente con la que íbamos a pasar nueve días.
Estábamos a la expectativa de qué era lo que nos íbamos a encontrar. A la mañana siguiente (después de la fiesta) no había quien se levantase... el líder de Turquía nos hacía correr para llegar a los autobuses pero... ya sabéis. Después hacíamos carreras con los buses a ver quien llegaba antes a desayunar y era el último en levantarse.
La organización nos trató como miembros de la familia, nos dedicaron mucho tiempo de ellos fuera del proyecto, nos leyeron los posos del café, nos pintaron con “henna”, nos llevaron de fiesta... Incluso yo misma formé parte de un simulacro de boda turca, vistiéndome con ropa ceremonial, tengo hasta un marido!
La noche intercultural nos cogió algo nerviosos, no sabíamos que podía pasar (si iba a gustar la comida, si saldría bien...) bueno que deciros, que Isa y yo cambiamos nuestras zapatillas por tacones para poder taconear sevillanas, subidas en una mesa pedimos colaboración para que repitieran el ritmo de palmas y que dijeran olé! ¡Pagaría por ver otra vez al grupo polaco haciendo palmas por bulerías! Vaya noche, salió perfecto. Lo estupendo del grupo español fue que éramos miembros de diferentes zonas de España, como Madrid, Cataluña, Andalucía. A nadie le quedo duda de como éramos los españoles. Una noche mágica...
Lo que más me impactó de Turquía fue lo diferentes y lo parecidos que son a nosotros, teníamos dudas sobre su cultura, su religión... pero todas estas insignificantes cuestiones se disiparon en el momento en el cual nosotros nos involucramos en cuerpo y en alma con ellos. Hablaban con libertad de los mismos temas que podemos hablar en España. Fuimos bien recibidos y muy bien tratados.
Lo que era en principio un viaje a un país de cultura tan diferente, se convirtió en nuestra casa. Pasamos de desayunar en mesas de cuatro a juntar todas las mesas para poder estar lo mas juntos posible, de bailar solos a bailar con 29 personas, de saber de memoria todos los nombres de los miembros turcos (que son casi impronunciables), a cambiar teléfonos, e-mails, de cerrar la puerta del cuarto de baño, a estar compartiendo el espejo con una turca y una griega, pasándonos el maquillaje (Nil, Xenia, recordar lo de las pulseras, nos vemos pronto). La despedida fue lo peor... como lloramos!!!! No me puedo creer que en 9 días se pueda querer tanto a alguien.
Gracias a la organización de Izmir, no por el intercambio, si no por dejarnos ser parte de ellos más allá de los proyectos, por su tiempo, sois tantos... Nil, Can Alper, Ozlum, Ozger, Naim y como os dijimos: Que el destino nos vuelva a encontrar!!! Para tener otra noche intercultural como aquella o lo que haga falta! Gracias a Edu e Isa por ser tan buenos compañeros...os echo de menos.
Como conclusión: Una experiencia irrepetible! Nos vemos en próximos intercambios!
La llegada del grupo español fue todo un acontecimiento, llegamos tarde, tuvimos problemas con los visados, problemas con los aviones... pero llegamos, la tensión estaba presente, y aunque cansados y con ganas de ir a la cama, ¡nos encontramos con la fiesta de acogida!! Todos los grupos reunidos y bailando música en distintos idiomas, ¡como si se conocieran de toda la vida! Esto fue una muy buena introducción para conocer a la gente con la que íbamos a pasar nueve días.
Estábamos a la expectativa de qué era lo que nos íbamos a encontrar. A la mañana siguiente (después de la fiesta) no había quien se levantase... el líder de Turquía nos hacía correr para llegar a los autobuses pero... ya sabéis. Después hacíamos carreras con los buses a ver quien llegaba antes a desayunar y era el último en levantarse.
La organización nos trató como miembros de la familia, nos dedicaron mucho tiempo de ellos fuera del proyecto, nos leyeron los posos del café, nos pintaron con “henna”, nos llevaron de fiesta... Incluso yo misma formé parte de un simulacro de boda turca, vistiéndome con ropa ceremonial, tengo hasta un marido!
La noche intercultural nos cogió algo nerviosos, no sabíamos que podía pasar (si iba a gustar la comida, si saldría bien...) bueno que deciros, que Isa y yo cambiamos nuestras zapatillas por tacones para poder taconear sevillanas, subidas en una mesa pedimos colaboración para que repitieran el ritmo de palmas y que dijeran olé! ¡Pagaría por ver otra vez al grupo polaco haciendo palmas por bulerías! Vaya noche, salió perfecto. Lo estupendo del grupo español fue que éramos miembros de diferentes zonas de España, como Madrid, Cataluña, Andalucía. A nadie le quedo duda de como éramos los españoles. Una noche mágica...
Lo que más me impactó de Turquía fue lo diferentes y lo parecidos que son a nosotros, teníamos dudas sobre su cultura, su religión... pero todas estas insignificantes cuestiones se disiparon en el momento en el cual nosotros nos involucramos en cuerpo y en alma con ellos. Hablaban con libertad de los mismos temas que podemos hablar en España. Fuimos bien recibidos y muy bien tratados.
Lo que era en principio un viaje a un país de cultura tan diferente, se convirtió en nuestra casa. Pasamos de desayunar en mesas de cuatro a juntar todas las mesas para poder estar lo mas juntos posible, de bailar solos a bailar con 29 personas, de saber de memoria todos los nombres de los miembros turcos (que son casi impronunciables), a cambiar teléfonos, e-mails, de cerrar la puerta del cuarto de baño, a estar compartiendo el espejo con una turca y una griega, pasándonos el maquillaje (Nil, Xenia, recordar lo de las pulseras, nos vemos pronto). La despedida fue lo peor... como lloramos!!!! No me puedo creer que en 9 días se pueda querer tanto a alguien.
Gracias a la organización de Izmir, no por el intercambio, si no por dejarnos ser parte de ellos más allá de los proyectos, por su tiempo, sois tantos... Nil, Can Alper, Ozlum, Ozger, Naim y como os dijimos: Que el destino nos vuelva a encontrar!!! Para tener otra noche intercultural como aquella o lo que haga falta! Gracias a Edu e Isa por ser tan buenos compañeros...os echo de menos.
Como conclusión: Una experiencia irrepetible! Nos vemos en próximos intercambios!
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