
La experiencia se inició cuando me reuní con el grupo español, el cual llevaría un proyecto medioambiental que tendría impacto local. Nos reunimos algunas veces, y como el tema era el uso indebido de bolsas de plástico en los mercados. Se acordó que actuaríamos en el mercado de la Abacería, en Gracia.
Hicimos entrevistas, sacamos fotos, todo esto para montar una presentación que se mostraría el primer día del intercambio. Así, en Holanda tendríamos tiempo para desarrollar más el tema y pensar en los próximos pasos, sabiendo que el proyecto finalizaría en diciembre. Hasta que llegue ese momento tenemos tiempo de poner en práctica la intervención y así ser responsables de un cambio y una mayor concienciación de la gente en sus acciones medioambientales.
En el intercambio viví experiencias muy fuertes, nueve días repartidos en tres formas de trabajar. La primera metodología utilizada “Learning to play and playing to learn” o “Aprendizaje a través de la experiencia”. Recibíamos teorías relacionada con herramientas de desarrollo personal, como liderazgo, saber trabajar en equipo, como dar soporte a la gente… y en seguida participábamos de actividades lúdicas – teatro, deportes, artes. Al final comprobábamos que cada uno tenía una forma distinta de trabajar y reflexionábamos como estábamos utilizando nuestra “caja de herramientas”. Todas estas actividades se realizaban en espacios abiertos donde exponíamos nuestras impresiones y nuestras expectativas.
La segunda etapa del Intercambio se llamaba “Outdoor Activities” o actividades de aire libre. Durante tres días fuimos repartidos en grupos y teníamos que realizar actividades fuera de la casa de acogida, teniendo que utilizar la creatividad y la cooperación para encontrar comida, lugar para dormir, transporte para llegar en las “bases” dónde solicitaban nuestra presencia. Fuimos en canoas, piraguas, autostop, caminamos un montón, conociendo gente, ¡gente que nos invitaba a su casa! Todo muy tranquilo, pues estábamos en la parte rural de Holanda, dónde había muchas haciendas.
Al regreso pasamos por más tres días de actividades, ahora utilizando la metodología “Open Space” o espacio abierto. Ya que el tema central del intercambio era medioambiente, cada uno elegía un tema relacionado a esto – el mío, por ejemplo, fue como educar niños a tomar acciones que no impacten el medioambiente – y apuntaba una hora y local dónde estaría desarrollando el tema. Las personas interesadas se presentaban y así la discusión empezaba. Teníamos un formulario a seguir y al final salían conclusiones y pasos a seguir. Al cabo de tres días teníamos un proyecto escrito, listo para ser puesto en práctica.
También me llamó mucho la atención el último día del intercambio, cuando la organización, Olde Vechte, creó un espacio llamado “Open day”. Era un día abierto a visitas para poder explicar a la gente que hacían y daban la oportunidad a algunos participantes para exponer sus impresiones de todo lo que había pasado. También fue el momento de cada país para enseñar sus proyectos locales a la gente.
Para mí fue una experiencia muy provechosa, regada de momentos divertidos también, como fiestas interculturales y salidas al centro de la ciudad. Al final de todo me llevo buenos recuerdos y nuevos lazos de amistad.
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